¿Por qué seguimos las tendencias?

El cambio es el motor del arte. Sin novedad, las ideas se vuelven como agua estancada: pierden brillo y fuerza. Necesitamos el impulso de lo inesperado para reescribir quiénes somos, para probar otras versiones  que aún no hemos explorado.

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Las tendencias son como olas: llegan, arrasan con todo y, de repente, desaparecen. Y ahí estamos, atrapados entre lo que “se lleva” y lo que realmente nos gusta. Pero, ¿de verdad es necesario seguirlas todas? Porque si te has sentido tentada a comprar algo solo porque está de moda, no estás sola. Las tendencias tienen ese poder de hacernos sentir que, si no las seguimos, estamos “perdiéndonos de algo”.

Pero antes de lanzarnos al último grito, vale la pena detenerse y preguntarnos: ¿para qué sirven realmente las tendencias?

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Más que moda: un reflejo del momento

Las tendencias no son solo prendas. Son pequeños espejos de lo que está pasando en la sociedad. Los colores brillantes y los cortes atrevidos no están ahí por casualidad; a veces reflejan la necesidad de expresar algo diferente, de romper con lo establecido. Entonces, la pregunta no es solo si te gusta, sino: ¿Qué te dice esta tendencia? ¿Te hace sentir identificada o es solo ruido?

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Filtrar sin perderse

No todo lo que se lleva tiene que estar en tu armario. Si una tendencia no te hace sentir tú misma, déjala pasar. Porque al final, vestirse es expresar quién eres, no quién quieren que seas. 

La clave está en hacer que la tendencia se adapte a ti, y no al revés. Toma lo que resuene contigo, combínalo con lo que ya te define, y dale tu propio giro. Porque, al final, las mejores tendencias son aquellas que se sienten tan tuyas que parecen haber sido creadas solo para ti.